3 Enfermedades fúngicas de la vid: Botritis, Mildiu y Oídio.

2 de julio de 2021 0 Por Sandra A. G.

Las enfermedades fúngicas son producidas por hongos que tras su agrupación forman estructuras que llegan a ser apreciables a simple vista. Estos microorganismos necesitan para vivir y alimentarse de otros organismos y son los responsables de gran número de enfermedades de la vid.

Estas enfermedades producidas por hongos pueden afectar tanto a la vid joven en periodo de crecimiento como a las plantas más adultas. Son las posibles causantes del secado de la planta, reducción de producción, del marchitamiento e incluso la muerte de la vid.

Botritis o podredumbre gris.

La botritis o podredumbre gris está causada por el hongo botrytis cinerea. Esta enfermedad entra en la planta a través de los estomas y por heridas provocadas por otras enfermedades o insectos como por ejemplo el oídio. Tras la entrada en la planta, la enfermedad puede entrar en periodo de hibernación en los propios sarmientos o yemas de la vid y en primavera, los hongos se reproducen y se extiende a través del agua o del viento. La temperatura de aparición suele estar entre 15 y 25 ºC en primavera y otoño.

La podredumbre ataca en especial a los racimos y puede pudrir y afectar a la flor. La aparición de esta enfermedad se debe a la humedad y compactación en los racimos. Una piel delgada de las uvas aumenta el riesgo de infección.

Para evitar y tratar esta enfermedad, es recomendable mantener los racimos con aireación gracias a la poda en verde y la eliminación de tallos innecesarios. Esta práctica también nos ayudará facilitando la penetración de los productos fitosanitarios. Estos productos deben aplicarse de forma preventiva en función de las condiciones climáticas, pero se recomienda para hacer la última aplicación con un mínimo de 21 días antes de la vendimia.

Oídio.

El causante del oídio es un hongo llamado Uncinula necator y puede encontrarse en varias partes de la vid, pero en especial al racimo. Esta enfermedad se desarrolla entre 5 y 35º con humedad.

Los hongos qué afectan en esta enfermedad permanecen en periodo de hibernación para posteriormente invadir los diferentes partes y órganos que se van formando. Se puede detectar esta enfermedad por manchas recubiertas de un polvo blanco en las hojas y los racimos se tornan grises y quedan cubiertos de una especie de polvo. Esta enfermedad provoca que los racimos se hinchen provocando que la uva se raje y favorezca la penetración de otras enfermedades como por ejemplo la botritis.

Para tratar de evitar esta enfermedad, se recomienda que los viñedos estén bien aireados para mejorar la eficacia de los tratamientos fitosanitarios. La afectación de esta enfermedad depende un poco de la variedad. Generalmente, el tratamiento que se le aplica puede ser sistémico o de contacto siguiendo un calendario específico a los diferentes Estados de la vid. El principio activo y químico será a base de azufre o inhibidores de la biosíntesis del ergosterol (IBE).

Hoja y racimo afectado por oídio

Mildiu.

El hongo causante de esta enfermedad se llama Plasmopora vitícola. El mildiu entra a través de las esporas en los tejidos vegetales y crean una contaminación conocida como primaria. Tras un período de incubación estos hongos comienzan a hacerse visibles y volverán a contaminar de manera secundaria otros tejidos vegetales.

Los primeros síntomas de mildiu se detectan en las hojas en forma de unas pequeñas manchas de color amarillo en la parte frontal de la hoja también conocida como manchas de aceite y por la parte posterior una pelusilla blanca. Las manchas van evolucionando, haciéndose más grandes y rojizas hasta el fin del periodo vegetativo. Si la hoja está muy afectada puede llegar incluso a caer antes de que el fruto madure. Las flores y los granos cuajados (tras la floración) son muy sensibles a esta enfermedad, pero una vez que la uva madura los granos dejan de ser sensibles a esta enfermedad. Además de vigilar la humedad de la vid, ya que un exceso de agua facilita la aparición de la enfermedad.

El mildiu lo podemos evitar y controlar a nivel preventivo practicando una poda en verde para favorecer la aireación de los racimos y reduciendo la humedad. Estas acciones permiten facilitar la labor de los fungicidas. En cuanto a fitosanitarios, los tratamientos también serán preventivos y se aplicarán de contacto o sistémico teniendo en cuenta que si llueve el tratamiento no surtirá efectos. Una vez que la uva comienza su proceso de maduración no son necesarios más tratamientos a no ser que las hojas estén excesivamente dañadas. Existe en el mercado una amplia gama de productos fitosanitarios para combatir y prevenir esta enfermedad, pero el que más se usa son a base de sales de cobre que también reciben el nombre de caldo bordelés. Algunas variedades de esta enfermedad pueden llegar a ser un poquito más resistentes que otras.

Racimo y hojas afectadas por mildiu

¡Sígueme en mis redes sociales para estar al tanto de las novedades!