Otro rosado: maceración corta y crianza en barrica
Día 8 de 24 de nuestro calendario de adviento 2025.
La elaboración de vinos rosados ha evolucionado notablemente en las últimas décadas, incorporando técnicas que permiten obtener productos más complejos y diferenciados. Entre ellas destaca la combinación de una maceración breve de los hollejos con una posterior crianza en barrica, un procedimiento que aporta al vino mayor estructura y profundidad aromática sin renunciar a la frescura característica del estilo rosado. Este enfoque enológico requiere precisión en cada fase del proceso para lograr un equilibrio armónico entre fruta, acidez y expresión de la madera.
Todo comienza con la selección de uvas tintas, vendimiadas ligeramente antes de su madurez plena para preservar una acidez equilibrada y aromas frutales. Variedades como Garnacha, Tempranillo o Syrah suelen ser especialmente adecuadas por su capacidad para generar vinos expresivos y con una carga aromática intensa.
Una vez en bodega, las uvas se despalillan y se estrujan suavemente con el fin de evitar la liberación excesiva de taninos y color. Este tratamiento delicado permite controlar con precisión la siguiente fase. La maceración del mosto con las pieles suele oscilar entre unas pocas horas y un máximo de medio día. El objetivo es lograr un equilibrio en el color y en la estructura, evitando sobrepasar el punto en el que el vino podría adquirir cualidades más propias de un tinto joven.
Al alcanzar la extracción deseada, el mosto se separa de las pieles mediante sangrado o prensado suave y se somete a un proceso de desfangado que elimina las partículas en suspensión. La fermentación se realiza generalmente a temperaturas bajas, similar a la de los vinos blancos, para conservar al máximo la frescura y el carácter frutal. En algunos casos, una parte del mosto puede fermentar ya en barrica, lo que contribuye a una integración más temprana entre la fruta y la madera.
La crianza en barrica constituye la etapa que diferencia este tipo de rosado. Durante un periodo que puede extenderse entre dos y seis meses, el vino se afina en barricas de roble, ya sean francesas o americanas. A través de este contacto controlado con la madera, el vino adquiere nuevos matices: notas de vainilla, especias suaves, ligeros toques tostados y una mayor sensación de volumen en boca. En ocasiones se realiza batonnage sobre lías finas, una técnica que incrementa la untuosidad y aporta complejidad sin perder la frescura. El desafío consiste en lograr que la madera complemente al vino sin dominarlo, respetando la naturaleza delicada del rosado.
Finalmente, tras su paso por barrica, el vino se estabiliza, se filtra suavemente y se embotella. Un breve periodo de reposo en botella permite que los aromas y sabores adquiridos en la crianza se integren satisfactoriamente, dando como resultado un rosado equilibrado, elegante y de marcada personalidad.
Este estilo de vino pone de manifiesto el potencial de los rosados para evolucionar más allá de su imagen tradicional, ofreciendo un producto sofisticado, lleno de matices y capaz de competir en complejidad con numerosos blancos y tintos de crianza.
¡Vamos a catar un ejemplo!


¡Vamos a por los datos técnicos!
Nombre: Tres fuga dos Rosado
Añada: 2023
Variedades: Garnacha
Nombre de la bodega: Bodegas Mucy
Localización: DO Cigales
¡Despertando los sentidos! ¡A descorchar!
A la vista, el vino se presenta limpio, con una intensidad cromática media y un atractivo color salmón que anticipa frescura y delicadeza.
En nariz muestra una intensidad media bien definida, dominada por aromas primarios de fruta roja como frambuesa, cereza y ciruela, acompañadas de sutiles toques de fruta negra, especialmente arándano. Se aprecian además notas especiadas de pimienta que aportan vivacidad, así como matices secundarios que evocan masa de pan, vainilla y pan tostado, reflejo de su elaboración y su paso por barrica.
En boca se muestra seco, con una acidez media (+) que sostiene el conjunto y aporta equilibrio frente a un alcohol alto que, aun así, no desentona. Presenta un cuerpo medio, tanino de carácter secante e intensidad gustativa media, culminando en un final también de duración media. El conjunto resulta armónico y bien integrado.
En conclusión, se trata de un vino muy bueno, listo para consumir ya y con capacidad para evolucionar positivamente en botella. A pesar de sus 14º, destaca por su frescura y facilidad de consumo. Por su versatilidad y equilibrio, es ideal para acompañar unas tapas e incluso una buena ensalada.
¡Rasponcin madrugará para daros pistas!