Fermentación y crianza en barrica: dos técnicas que transforman el carácter del vino

2 de diciembre de 2025 0 Por Sandra A. G.

Día 2 de 24 de nuestro calendario de adviento 2025.

En la enología moderna, el uso de la barrica de roble desempeña un papel fundamental en la construcción del perfil sensorial de muchos vinos. Sin embargo, no todas las intervenciones con madera son iguales. Dos de las prácticas más influyentes como son la fermentación en barrica y la crianza en barrica, representan etapas distintas del proceso de vinificación y cada una cuenta con un impacto propio sobre la estructura, los aromas y la complejidad del vino.

La fermentación en barrica consiste en realizar parte o la totalidad del proceso fermentativo dentro de recipientes de roble. En los primeros momentos, cuando todavía es un mosto, la madera actúa como un medio activo que influye de inmediato en su textura y expresión aromática. Las levaduras interactúan con los compuestos del roble, favoreciendo una integración especialmente fina de los taninos y aportando mayor volumen y untuosidad en boca. Esta técnica, transmite notas de vainilla, especias o tostados ligeros y contribuye a que el vino adquiera una estructura más redonda desde sus primeras etapas.

Por su parte, la crianza en barrica se desarrolla una vez finalizadas las fermentaciones alcohólica y maloláctica. En este momento, el vino ya está formado y entra en un periodo de reposo y evolución dentro de la madera. La barrica actúa como un espacio de afinamiento, donde la microoxigenación lenta y constante suaviza los taninos, estabiliza el color y potencia la complejidad aromática. Dependiendo del tipo de roble, del nivel de tostado y del tiempo de permanencia, el vino incorpora un abanico de aromas secundarios como cacao, coco, café, tabaco o vainilla. Esta fase permite que el vino gane profundidad, equilibrio y aumentan su capacidad de guarda.

No hay una forma mejor o peor que otra de elaboración, sino que lo más importante es tener claro que se quiere remarcar de cada vino y trabajar la uva de la manera adecuada.

En el caso de hoy, vamos a catar un vino con crianza en barrica.

¡Vamos a por los datos técnicos!

Nombre: Vino Tinto Tovar

Variedades: tempranillo, garnacha y otras variedades

Nombre de la bodega: Bodegas Tovar.

Localización: Trigueros del Valle

¡Despertando los sentidos! ¡A descorchar!

Este vino sorprende desde el primer vistazo con un color granate de intensidad media, rematado por ribetes rubí que anuncian frescura y equilibrio.

En nariz se muestra honesto y expresivo, con una mezcla bien integrada de fruta roja y negra —cereza, ciruela, grosella, arándano— acompañada por toques de regaliz y agradables matices secundarios que recuerdan al yogur, la nata y el pan tostado.

En boca mantiene la misma coherencia aromática: es un vino seco, de acidez y taninos medios, equilibrado en alcohol y con un cuerpo también medio que lo hace muy fácil de beber. La intensidad es comedida pero persistente, dejando un final medio, suficiente para invitar a otro trago sin cansar.

En conjunto, se trata de un vino francamente bueno, listo para disfrutar ya, aunque con capacidad para mantenerse en forma un par de años más. Su excelente relación calidad–precio lo convierte en una opción muy recomendable para quienes buscan disfrutar sin complicaciones.

Como complemento perfecto, merece la pena visitar su bodega subterránea, una auténtica joya donde el trato es excepcional y donde es posible descubrir otros vinos igualmente interesantes. Una experiencia completa que suma aún más valor a este hallazgo enológico.

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